
Durante la London International Shipping Week 2025, la propuesta de la OMI para establecer un marco vinculante de reducción de emisiones —el Net Zero Framework— generó un fuerte contrapunto entre organismos multilaterales, asociaciones navieras y referentes del sector privado. El objetivo: que entre el 5% y el 10% del combustible marítimo provenga de fuentes cero emisiones para 2030. La reacción: dudas sobre la viabilidad real de esa meta.
El Maritime Just Transition Task Force presentó nuevos marcos de formación para operar buques con combustibles alternativos como amoníaco, metanol o hidrógeno. Sin embargo, un informe paralelo alertó que el sector está fuera de ritmo: señales débiles de demanda, financiamiento estancado, falta de infraestructura y costos iniciales elevados configuran un escenario de transición incierta.
Tensiones técnicas, costos altos y beneficios aún aspiracionales
Gian Enzo Duci, referente de Oceanly, advirtió que el entusiasmo por tecnologías dual-fuel puede ser prematuro. “Los beneficios son aspiracionales, los costos iniciales altos y las regulaciones aún cambiantes”, señaló. La industria exige una transición gradual, incentivos claros y marcos normativos estables, mientras la OMI presiona por metas climáticas más ambiciosas.
La fractura interna se profundiza: mientras algunos armadores apuestan por soluciones híbridas y eficiencia operativa, otros advierten que sin infraestructura portuaria adecuada y señales de mercado, los combustibles alternativos seguirán siendo una promesa lejana.
Un mercado en transición con ritmo desigual
A mediano plazo, el mercado de combustibles marítimos más ecológicos podría evolucionar hacia un esquema mixto, donde tecnologías dual-fuel convivan con soluciones regionales adaptadas a la infraestructura disponible. La consolidación de corredores verdes, el desarrollo de hubs logísticos con capacidad de abastecimiento alternativo y la presión normativa internacional podrían acelerar la adopción, siempre que se articulen incentivos económicos, trazabilidad operativa y formación técnica. El ritmo será desigual, pero la transición ya no es una hipótesis: es una variable estructural que empieza a redibujar el mapa energético del transporte marítimo.
Por: Redacción