
Buenos Aires. En esta entrevista con Confluencia Portuaria, Galier repasa su trayectoria como timonel de los submarinos ARA Santa Fe y ARA San Juan, y comparte el sentido profundo detrás de la maqueta que busca preservar la memoria naval argentina.

Confluencia Portuaria: Francisco, ¿cómo se vincula su historia con estos submarinos?
Francisco Galier: Fui timonel del ARA Santa Fe S-21 durante la operación Rosario, el 2 de abril de 1982. Participamos en la recuperación de las Islas Malvinas y luego en el combate de la caleta Capitán Vago, en Bahía Guardia Nacional, Grytviken. Allí perdimos a mi compañero Félix Artuso. Después del conflicto, también fui tripulante del ARA San Juan S-42. Esa embarcación fue parte de mi vida, y su hundimiento en 2017 me marcó profundamente.
CP: ¿Por qué decidió encargar una réplica del ARA San Juan?
FG: Porque quiero que se recuerde. Que se vea. Que se hable de él. Me contacté con Carlos Allievi y su equipo a través de Ricardo Fontuora, quien conocía su trabajo en modelismo naval. Me hablaron de la calidad y el nivel de detalle que logran, y decidí encargarles la maqueta como homenaje.
CP: Carlos, ¿cómo fue el proceso de construcción?
Carlos Allievi: La tarea fue encomendada a Leandro, que estudió los planos originales y analizó muchas fotografías del submarino. La escala es 1/100, con una eslora de 65,3 cm, manga de 8,36 cm y calado de 7,34 cm. Todo está tallado a mano y reforzado con fibra de vidrio, para que incluso pueda navegar si se desea.
CP: ¿Qué nivel de realismo tendrá el modelo?
CA: Va a estar caracterizado con los desgastes y óxidos típicos de un submarino real. Francisco pidió que se respeten todas las apariencias originales. Además, contará con una cúpula de acrílico transparente para su traslado a conferencias y exposiciones.
CP: En qué etapa se encuentra el proyecto?
CA: Estamos en un 70% de avance. La finalización está prevista para fines de octubre. Cuando esté listo, queremos volver a entrevistarlo junto a la maqueta terminada.
La réplica del ARA San Juan no solo busca recuperar la forma de una embarcación emblemática, sino preservar la memoria de sus 44 tripulantes y proyectar su historia hacia nuevas generaciones. Desde Sociedad Cachalote, el trabajo artesanal se convierte en testimonio tangible de una vocación naval que merece ser recordada, compartida y honrada.
Por: Redacción