Bahía Blanca. A 10.000 Km de distancia, Frank Richter escribió «La magia de Bahía Blanca». Él como experto internacional en materia de logística, había aprendido sobre el lugar estratégico de Bahía Blanca y su puerto para el desarrollo del comercio local y con el Mundo.
Pero, si eso es así y así fue fundada Bahía Blanca hace 296 años: Para ser un enclave para la logística y la defensa de Argentina ¿Cómo es que la Ciudad está estancada, tiene menos vías ferroviarias que hace 40 años, menos vuelos que hace medio siglo y la acceden carreteras sencillas?
Antes de responder a esa pregunta, si es que alguna respuesta pudiera ser válida, cabe recordar lo siguiente:
- En 1979, una consultoría internacional muy seria determinó que el puerto granero para el futuro argentino debería ser el de Bahía Blanca y no Rosario. Bahía ni lo sabe ni pareciera interesarle.
- 15 millones de toneladas de granos parten de las cercanías, van en camión a Rosario y luego bajan por buque por el canal para luego irse al Mundo.
- La salida natural del mineral de potasio era por este Estuario, luego de mucha bulla se fue al Paraná.
- Las arenas de la vaca fallecida condenadamente pasarían por los muelles y seguirían viaje por un gran ferrocarril, pero va de a miles por día en camión por el desierto y el trencito viajó 12.000 veces mientras se sigue discutiendo su maravilloso futuro.
- Casi 400 hectáreas de tierras ferroviarias compradas para vivienda, espacios públicos y logística compradas al ferrocarril, y más de la mitad están vacías o fueron usurpadas con viviendas o con grandes pícaros.
- La menor distancia al mar de toda localidad al Oeste del eje hacia el Norte, pero 5 provincias siguen esperando un muelle.
- El Trasandino del Sur es lindo título para conversaciones públicas, pero en privado no se lo quiere porque se podría perder la carga que no tenemos.
- En lugar de exigir 4 obras carreteras sencillas (Cruce de ripio para camiones bajo puente 5 de Abril), Calle San Martín hasta Colón en White, viaducto de carga La Niña y Rotonda de El Cholo), más 3 empalmes ferroviarios, optó por una mega autopista incongruente que no se termina y que en la franja Sur provocará una fuerte división y sobrecostos operativos a la industria y al vecino.
Aquellas imágenes urbanas previas a los años ’70 eran las de una Bahía que interactuaba muchísimo con la región que conectaba pero, quizá, ahí estaba el problema: Naturalmente los demás debían venir a Bahía Blanca.
Todas las ventajas podrían no haberla acostumbrado a trabajar como amable director de orquesta, una orquesta en la que desde Tucumán a Bariloche les fuera natural interactuar con Bahía Blanca. Bahía era una sola con Punta Alta, pero se separó. Bahía tiene un convenio intermunicipal, pero en 25 años no lo puso en marcha como Región Metropolitana.
Viajar públicos y privados a las ciudades a 50, 100, 500, 1000 kilómetros para aliarse política, social y económicamente debiera ser lo normal, lo común, el día a día. Lo natural de una urbanidad posicionada donde está posicionada.
Bastó que las rutas pasaran con asfalto por otro lado, que hasta los aviones dejaron de recalar en Bahía para ir a la Patagonia (por muchos años).
¿Entonces? Quizá la respuesta es comenzar a comprender que ninguna ciudad posicionada como está Bahía Blanca se puede dar el derecho de actuar en soledad. El Polo Petroquímico lo decidió en 1968 un líder de la banca multilateral (consta en documentos reservados del mismo), pero Bahía fue capaz de construir la realidad portuaria nacional desde sus propias filas económicas y políticas. Bahía fue capaz de muchas cosas más que provocaron cambios.
Pero, en la pobreza de las carreteras, vías y rutas aéreas está la evidencia de la falta de interés en conversar, comerciar, sociabilizar con el vecino de 20 o de 1.200 km: Las mejores carreteras, vías y rutas aéreas no deberían ser una esperanza, sino una lucha verdadera, criteriosa y constante.
Bahía tiene todas las capacidades sociales, técnicas, intelectuales, económicas para hacer todo, pero tiene que dejar de verse como «la ciudad» ubicada al Norte de la Plaza Rivadavia, comenzar a ser metropolitana y auditar a cada actor económico, político, intelectual, comunitario, año a año a la siguiente pregunta: «¿Cuántas reuniones, viajes, jornadas, asados, negocios, proyectos, charlas, notas hiciste el último año con, al menos, 12 vecinos de entre 20 y 1.200 km de distancia desde la Plaza Rivadavia?»
Con esa actitud, quizá seríamos capaces de decirle a otro pueblo, ciudad, o provincia «ché, mejor que a esto lo hagas vos, que hay para todos».
PG Política y Planificación de Transporte