
Estados Unidos está entrando en una era de creciente inestabilidad en la que los cimientos mismos de sus instituciones democráticas y la seguridad nacional se ven amenazados más agudamente que en cualquier otro momento reciente. Si bien han “cerrado” un capítulo de 20 años de conflicto armado en el Medio Oriente y Asia Central, China y Rusia ahora parecen decididos a presionar en la agenda global existente con cambios profundos (1).
Las crisis globales, como el cambio climático, ya no están relegadas al ámbito de la discusión académica, sino que han comenzado a transfigurar la supuesta estabilidad internacional en medio de inundaciones, tormentas, olas de calor, etcétera. Y aunque la interrupción inicial causada por la pandemia de COVID-19 parece estar disminuyendo, las secuelas de este virus (junto con las reacciones estatales y supraestatales) tendrán un profundo impacto en las economías y poblaciones de EE. UU. y del mundo que se sentirá en las próximas décadas. Este momento se vislumbra más hacia la demostración de acción, por parte de los estadounidenses y en concierto con sus aliados globales, “El fracaso, como dice el adagio familiar, no es una opción” para la Navy League.
La nueva Estrategia de Defensa Nacional (2) ha continuado la narrativa de que la postura de defensa debe reorientar el enfoque hacia el Pacífico, incluso mientras se apoya a Ucrania en su conflicto con la Federación Rusa y se mantiene la vigilancia de las inestabilidades regionales en las zonas de Irán. Corea del Norte y actores extremistas no estatales. Independientemente de estas otras amenazas, el continuo ascenso de China representa el mayor peligro al que se ha enfrentado Estados Unidos desde el final de la Guerra Fría. Es imperativo que los funcionarios electos reconozcan la necesidad de realinear las prioridades del presupuesto del Departamento de Defensa hacia servicios marítimos, ya que servirán como punta de lanza en estos nuevos entornos de amenazas marítimas. Alcanzar estos objetivos requerirá un enfoque de gobierno completo, así como una comunicación clara con el sector privado y la base industrial de defensa.
En un entorno político interno altamente polarizado e inestable se presenta un obstáculo importante que el pueblo estadounidense y sus representantes políticos deben superar. Las luchas políticas partidistas han tenido un impacto significativo en la estabilidad de la nación y en su posición mundial. La incapacidad de aprobar un presupuesto de defensa nacional bipartidista a tiempo es un impedimento constante y costoso para la base industrial de defensa, lo que retrasa nuevas adquisiciones diseñadas para producir la futura fuerza marítima mejorada.
La nación se encuentra al borde de muchos desafíos dinámicos y complejos en los próximos años. Los tomadores de decisiones deben entender que se deben tomar decisiones difíciles para avanzar y que no se pueden posponer sin poner en peligro la seguridad y los bienes comunes marítimos. La libertad de los mares tiene un precio, y debe pagarse con el aporte y la supervisión de los tomadores de decisiones del Congreso. La Navy League está preparada para esta labor a través de la educación y la defensa.
Resumen de prioridades por rama
Armada
- La clase Columbia de 12 submarinos nucleares de misiles balísticos que reemplazará a la clase Ohio.
- Mantener la disponibilidad y capacidad de letalidad de toda la flota.
- Aumentar el presupuesto para financiar un plan agresivo de construcción naval.
Cuerpo de Marines
- Buques de asalto anfibio (Light Amphibious Warship o LAW).
- Tomahawk y misiles antibuque terrestres (GBASM).
- C4 (Command, Control, Communications, Computers) y ISR (Intelligence, Surveillance and Reconnaissance) resilientes.

Guardia Costera
- Continuar invirtiendo en la transformación de la fuerza laboral de la Guardia Costera.
- Mantener toda la financiación para el mayor esfuerzo de recapitalización del Servicio desde la Segunda Guerra Mundial.
- Acelerar la inversión en tecnología; continuación de la iniciativa Revolución Tecnológica de la Guardia Costera; financiamiento adicional para apoyar la construcción de infraestructura resiliente.
Marina Mercante
- Desarrollar e implementar rápidamente una nueva Estrategia Nacional de Transporte Marítimo (National Maritime Transportation Strategy)
- Expandir la Marina Mercante de bandera norteamericana.
- Reclutar, capacitar y retener la fuerza laboral de la Marina Mercante.
Desde ya gracias a todas las personas que leyeron estas notas y gracias a Confluencia Portuaria por publicarlas.
Citas
1* https://www.youtube.com/watch?v=bEpTRr7QcWg&ab_channel=AlJazeeraEnglish
Técnico en Administración Financiera - Diplomado en Logística - Miembro de AIMAS