Buenos Aires. En una zona que ya era catalogada por los expertos como el peor foco de contaminación del mundo, se produjo un nuevo accidente. En este caso fue la fuga de 21 mil toneladas de diésel almacenado de una central térmica. En principio investigadores de Norilsk Níquel afirmaron que el derrame se debió al deshielo del permafrost, por el calentamiento climático, hecho que habría provocado el hundimiento de las bases que sostenían el tanque.
Se estima que el derrame ya contaminó un área de 400 kilómetros cuadrados, convirtiéndose en uno de los peores para Rusia. El gobernador de Krasnoiarsk, Alexander Uss, informó a la prensa que el vertido de combustible está entrando en el lago Pyasino, un lago de 40 millas de largo aguas abajo de Norilsk en el que desembocan los ríos Daldykan y Ambarnaya.
Si bien el lago Pyasino muestra desde la era soviética un alto nivel de contaminación, ya que en esa zona se extraen importantes volúmenes de níquel y platino, de este se desprende el río del mismo nombre, que desemboca en el mar de Kara y las autoridades rusas están tratando de evitar que la polución llegue hasta allí.
La contaminación que circunda a la ciudad de Norilsk va más allá de los ríos rojos, expresó el investigador de la NASA Nickolay Krotkov. Las plantas metalúrgicas representan «una de las mayores, si no la mayor, fuente de dióxido de azufre antropogénico, que resulta bien visible por los satélites», según los estudios realizados.
Fuente: dw.com
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