
Buenos Aires. El pasado jueves y luego de permanecer inactivo por espacio de 10 semanas, el portaaviones Theodore Roosevelt regresó al mar y está llevando a cabo operaciones militares en la región del Pacífico. Un brote masivo de coronavirus había dejado inoperativo a uno de los buques de guerra emblema de la armada estadounidense.
El Roosevelt llegó a Guam el 27 de marzo, con un brote de covid-19 cada vez mayor entre sus tripulantes que dieron positivo por el virus. Con el paso de los días, más de 1.000 se infectaron, desencadenándose un proceso largo y sistemático para bajar a unos 4.000 marineros a tierra para la cuarentena y el tratamiento, mientras que unos 800 permanecieron a bordo para proteger y operar los sistemas de alta tecnología, incluidos los reactores nucleares que impulsan al barco.

«Regresar a nuestra misión en el Indo-Pacífico después de completar las calificaciones (recertificación de la cubierta de vuelo y el escuadrón de caza, como los despegues y aterrizajes en el portaaviones) es un hito importante en el plan de recuperación basado en las condiciones de Theodore Roosevelt «, dijo el capitán Carlos Sardiello, comandante del portaaviones.
El Roosevelt fue epicentro de una gran controversia aún sin resolver, que provocó el relevo del capitán anterior del barco, luego siguió con la renuncia del secretario de la Marina, Thomas Modly y una investigación ampliada sobre el porqué del brote y qué tan bien lo manejaron los principales comandantes navales.
Sardiello, que ya había sido comandante del Roosevelt, fue designado otra vez en la nave a principios de abril, para tomar el mando después de que el capitán Brett Crozier fue despedido, por instar a sus comandantes a tomar medidas más rápidas para detener el brote de virus a bordo.
Fuente: navytimes.com y maritime-executive.com
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