
Quien desempeña cargo de gestión pública o es parte en las decisiones portuarias debe tener como labor esencial llevar adelante proyectos viables, los mismos demandan esfuerzo y organización mancomunada. El objetivo es que los puertos puedan trabajar en un sistema integrado manteniendo cada uno su autonomía pero que puedan sumarse a un sistema amplio de generación de trabajo naval. Es un momento de crisis generalizada, por lo tanto, es el tiempo adecuado para atreverse y seguir adelante.
El sudoeste de la provincia necesita construir un sistema de puertos productivos, integradores, seguros en medioambiente, saneados y posibilitándole soluciones a un sector industrial naval patagónico que precisa crecer.
Las terminales deben ser fuentes de continua contratación de mano de obra local, regional, previo a formarla y mantenerla en capacitación permanente. Actualmente preocupa la escasez de perfiles adecuados a esta actividad, con ingente cantidad de currículos de desempleados, que se ofrecen para labores portuarias, sin ninguna experiencia o perfil a tal efecto.
Infraestructura

Para optimizar lo existente, construir nuevos muelles y organizar un hinterland es menester planificar en conjunto, a fin de obtener la competitividad de la región para con el movimiento atlántico, atendiendo a la demanda de empresas náuticas, provisión o de servicios, generando recursos y contribuyendo a la demanda y necesidad social. Nuestro mayor desafío es ser competitivos y hacer con que parte de la riqueza que se genera mediante los Puertos se transforme en frecuentes inversiones o generación de nuevos trabajos y oficios.
La región de la ría de la bahía Blanca detenta una de las mejores herencias portuarias de todo el país. No solo en lo específico del agua salada, también en capacidad de trabajo, esfuerzo, humildad y organización. Somos hijos y nietos de trabajadores, sabemos perfectamente de qué se trata pasar las amarras de una barca y proveer o descargar sus bodegas.
Este vínculo indeleble con el mar supo formar a excelentes profesionales en estas latitudes, despachantes, agentes marítimos, servicios de lanchas, armadores, comerciantes, pescadores, entre otros. Muchos marinos oriundos de la región se formaron bajo la tutela de la Marina Mercante, Prefectura o Armada y han navegado por el mundo; inclusive hace años que las autoridades portuarias de la región son nacidas en Bahía Blanca, Ing. White o Punta Alta.
Polo portuario regional

Hoy nuestros muelles tienen la posibilidad de alinearse bajo una directriz regional e integradora, respetando jurisdicciones, pero elaborando especificidad en operación y comunidad en el armado de obras, rutas de accesos, recuperación de ramales ferroviarios, gas, agua y energía, entre otras.
Tengo la convicción de que conseguiremos trabajar positivamente para aumentar la llegada de barcos y lanchas, de la mano de la prestación de servicios en carenas e interiores, del desguace, armado o reconstrucción, recuperación y mejora de las naves. Debemos poner a trabajar y optimizar a una estructura portuaria, en parte estancada hace muchos años.
Es menester poder recuperar el espíritu de esta región delineada hace más de un siglo por el Teniente Félix Dufourq y los Ingenieros Luis Luiggi, Guillermo White y Abel Pagnard, fueron ellos quienes vislumbraron que el mejor lugar marítimo de Argentina era éste. Estos profesionales precursores nos dejaron un legado claro a seguir, de seriedad, compromiso y trabajo.
Debemos usar nuestra capacitación y experiencia para desarrollar percepción, pudiendo así tener una evolución continua, aunque lenta, para traer soluciones a los puertos y que agilicen nuestros aprendizajes y servicios a las empresas, para que las mismas también contraten mano de obra y que esto se revierta necesariamente en beneficios a las comunidades.
Construyendo el futuro
Para poder concretar este proyecto urge tener claros los pilares que deberán dar base al trabajo propuesto: valores, eficiencia, sustentabilidad, competencia, innovación, ética, unicidad, espíritu público y, como último y más importante, el potencial humano.

El sistema portuario del sudoeste bonaerense está destinado a tener éxito, sus precursores, tanto los criollos como los extranjeros, han dejado una huella profusa de honestidad, dedicación y excelente capacidad de trabajo. Siguiendo estos atributos contribuiremos para la evolución de una comunidad regional a pleno trabajo en la adecuación y reorganización de las zonas portuarias.
El mundillo marítimo, las cámaras y los sindicatos saben que no hay tiempo a perder ni lugar a especulaciones partidarias ni de egoísmos de sectores. El País viene de décadas de escasez de trabajo y precisa puertos que brinden servicios seguros a las empresas que paguen cada peso que corresponda por tributo. Parte de esa recaudación debe volcarse para mejorar la calidad de vida, en primer lugar, de la gente que respira mar desde que nació.
El reclamo por un hinterland portuario de la ría de aguas profundas es un anhelo que duerme. El desafío de la dirigencia, fundamental en el Potencial Humano, es tener la capacidad de mejorar la postura política histórica que ha dejado al sudoeste bonaerense al margen de cualquier progreso más efectivo y estable. Por entendimiento parcial de las leyes, por ineficacia, por falta de visión, gestión o desinterés de sectores y de las autoridades de turno. El despertador toca y toca.
Por: Capitán Guillermo Burgos | Twitter: @GABurgosOk
Por: Redacción