Buenos Aires. Hace pocos días se renovó parcialmente el Directorio del Puerto de Mar del Plata, que es presidido por Martín Merlini. Entre los que continúan como directores está el Licenciado Miguel Sánchez, representante de la Asociación Bonaerense de Industria Naval (ABIN). Con el conversamos sobre las expectativas para este nuevo período de tres años (2019-2022) y su evaluación de lo actuado en los últimos dos años.
CP: ¿Cómo evalúa la gestión del Directorio del CRP de MdP en estos dos años que lleva integrándolo?
Sin dudas han sido dos años de mucho aprendizaje e importantes experiencias. Como todo el que “hace”, seguramente habremos y sobretodo habré cometido errores. Pero siempre los Directores de éste Consorcio hemos trabajado de buena fe, con capacidades diversas y distintas, buscando consensos a pesar de las lógicas diferencias de criterio que cada uno tiene a nivel personal y sectorial. Siempre he dicho, y hoy vuelvo a ratificar mi opinión, de que la forma consorcial en los puertos es la mayor expresión republicana, participativa y democrática en los puertos. Aquí se representan sus principales actores. Los trabajadores a través de sus sindicatos, las empresas por medio de sus cámaras, el Estado provincial al designar al director Presidente, el Estado local por su representante e incluso, en éste puerto, también está el representante de la región, único caso en el ámbito de los consorcios bonaerense.
También en éstos años uno aprende efectivamente las capacidades y el potencial que tiene no sólo éste puerto, en particular, sino también todos los demás puertos bonaerenses, cada uno con sus respectivas características y fortalezas. Así, es que podemos afirmar que Provincia de Buenos Aires tiene, sin lugar a dudas y como ningún otro estado provincial argentino, en cada uno de sus puertos una herramienta estratégica que es fundamental a la hora de ganar competitividad, y que, a la vez, es fundacional a la hora de crear oportunidades y generar soluciones ciertas frente a tantas problemáticas. Un puerto es un hecho económico, logístico, productivo y de servicios, pero un puerto también es un hecho social y cultural contundente.
CP: ¿Cuáles son los principales desafíos del puerto de Mar del Plata en el corto y mediano plazo?
Tenemos muchos desafíos. Necesitamos y debemos consolidar los logros obtenidos; seguir trabajando para lograr un puerto con un desarrollo genuino, con un crecimiento constante y real; tener un puerto social y ambientalmente comprometido y sustentable; competitivo, eficiente y coherente; reconocer nuestras debilidades y defectos para superarnos; saber advertir, aprovechar y mejorar más aún la calidad de nuestros recursos humanos directos, es decir, los propios del consorcio, como así también los indirectos, es decir todos aquellos que aquí son empleados en una u otra actividad o función. Por eso para nosotros la capitación y la formación son bases elementales y, por ello, deberemos seguir consolidando nuestra interacción con universidades y centros de investigación, afirmar las alternativas de formación laboral e incluso desarrollar otras nuevas. Cabe destacar, además, que en éste ámbito existe una sola forma de trabajar y esa forma es el trabajo legal o “en blanco”. Cualquier otra forma, como todo aquello que está fuera de la ley, aquí tampoco no puede ni debe ser admitida. Otros desafíos son incorporar más tecnologías en nuestros circuitos administrativos, de gestión y de seguridad; utilizar alternativas energéticas renovables que eficienticen costos y reduzcan impactos ambientales; integrarnos más y mejor a la región, al hinterland propio del puerto como así también a otras regiones portuarias o no. Una mención especial merece la cuestión logística la cual es esencial para todo puerto. Lograr una conectividad práctica y efectiva por carreteras y, especialmente, por ferrocarril con el puerto más que una meta es una necesidad actual y potencial. Lo mismo sucede son el hecho de crear y disponer, directa e indirectamente, de herramientas logísticas estratégicas, como lo son, por ejemplo, el desarrollo de alternativas de puertos secos, zona franca, accesibilidad a más y mejores espacios, etc.
Tenemos que seguir trabajando junto a nuestros usuarios y permisionarios, al sector empresario, laboral y sindical, a los sectores educativos, a las autoridades públicas (Prefectura Naval, Aduana, SENASA, Armada, etc.) y, en general, con todos los miembros de ésta comunidad portuaria. En ésta relación, querer escucharnos y comprendernos es imperioso. En igual sentido, lograr más institucionalidad, más transparencia, más eficiencia y más equidad es imprescindible.
Este puerto tiene, indudablemente, ventajas competitivas muy particulares. No sólo por su ubicación estratégica en el Mar Argentino y en el Océano Atlántico. También somos uno de los principales puertos pesqueros en el mundo; somos el único puerto en la región latinoamericana en cuya jurisdicción conviven y tienen su asiento cuatro astilleros, y donde además funciona una Escuela Nacional de Pesca y una universidad: la Universidad Tecnológica Nacional –Regional Mar del Plata con su oferta educativa en Ingeniería Naval y en Ingeniería Pesquera. Tenemos un valioso sector comercial, náutico y turístico, con un fuerte acervo cultural.
CP: Usted representa y proviene del sector industrial bonaerense en general, y de la industria naval en particular, ¿cómo es la situación de este sector en el radio de acción del puerto?
Siempre digo que éste ámbito, el puerto, es un parque industrial tanto terrestre como acuático; que cada barco que tiene su asiento portuario aquí es una verdadera Pyme que flota, que genera empleo directo e indirecto, que paga tributos, que invierte. Las otras industrias en general, las radicadas en tierra tales como los astilleros, los talleres y proveedores navales, dentro y fuera de la jurisdicción portuaria, conforman una autentica cadena de valor que incluso va más allá de los límites del territorio municipal y regional.
En éste contexto, la grave situación que vive la industria argentina toda no exime a las industrias radicadas dentro o fuera de éste u otro puerto argentino. La realidad de los astilleros debe evaluarse por lo que sucede en el sector en general o en promedio y no por casos aliados, aun siendo estos positivos o negativos. También debe verse más allá de su capacidad de reparación, actividad ésta que ponderamos y mucho por supuesto. Los astilleros son fábricas metalmecánicas, logísticas y, en tal sentido, y al igual que otros sectores industriales estamos necesitando de políticas claras y esto implica que sean previamente consensuadas y planificadas, al menos en el corto y mediano plazo.
Innegablemente este país marítimo que somos necesita un programa de desarrollo de la industria naval argentina que dé prioridad al diseño, reparación, transformación y construcción de artefactos navales y embarcaciones de uso en la pesca, en los puertos, en las cargas, un plan que incluso abarque a las flotas del Estado actuales y potenciales, una planificación donde participen también los armadores cuyas necesidades también deben ser consideradas. Pero, a pesar de tanto, esto sigue sin suceder. Se confunden políticas de gobierno con políticas de Estado; se mezclan conceptos de defensa, protección y competitividad de una manera generalizada, grotesca y tendenciosa. Creo que todos sin excepción, funcionarios, empresarios, sindicalistas, periodistas, etc., debemos ser mucho más serios y responsables a la hora de expresarnos porque no todo da lo mismo ni todo es lo mismo. La falta de conocimiento no se puede suplir con improvisaciones ni experimentos.
CP: En lo personal, ¿qué significado le da a esta ratificación en el directorio por el período 2019-2022?
Esta ratificación tiene dos significados categóricos: por un lado, saber honrar con cada acto la confianza puesta. Por otro, y a la vez, implica más compromiso, más responsabilidad, más trabajo. Escuchar mucho, hacer mejor cada acción, y no olvidar nunca que el objetivo en definitiva siempre es el bien común.
Por: Confluencia Portuaria | Twitter: @ConfluenciaPort
Por: Redacción