Los meses pasan y la actividad no arranca de la mano de YPF, quien tiene cerca del 60% del mercado de actividad hidrocarburífera en Vaca Muerta.
En medio de la pandemia, en una forma extorsiva y desaprensiva se puso a negociar rebajas del 30% en contratos con Pymes e intenta retocar el convenio colectivo de trabajo por una supuesta mayor eficiencia para también bajar costos. Pasan los meses y la “eficiencia” que pregonan solamente se puede apreciar como una excusa para no arrancar la actividad, para dejar pasar el tiempo mientras el consumo se eleva lentamente.
Hoy existen obras de infraestructura muy necesarias para YPF que estaban en marcha antes de la pandemia que no arrancaron nuevamente, otras licitadas que directamente no comenzaron y otras por licitarse que tampoco tienen fecha de presentación.
Con la actividad detenida en una forma brutal e injustificable YPF no emite partes de prensa ni brinda información clara y transparente de sus acciones en los próximos días o meses. Todo lo que se sabe es por medio de lo que sucede con proveedores o gremios que se sientan una y otra vez a negociar, sin llegar a nada concreto. Desgaste y destrato son las palabras que se escuchan.
No se habla ni de respetar el acuerdo salarial del 2019, ni menos de lo que se lleva del 2020 de inflación, con miles de trabajadores suspendidos, de los cuales YPF no se hace responsable ni por un segundo, dejando en manos de las pymes la responsabilidad de hacer frente al pago de sueldos de trabajadores suspendidos, a pesar que la actividad está habilitada desde hace meses.
Hay firmas como Pan American Energy que mantiene una relación de cordialidad con proveedores, donde incluso sabiendo la difícil situación que se está viviendo, han adelantado pagos convenidos para no ahogar a las pymes, muy alejado de lo que hace YPF, donde no cumple ni con los pagos adeudados.
Los protocolos implementados en la industria han permitido que se dé continuidad a la actividad limitando la posibilidad de contagios, con equipos de trabajo reducidos y segmentados en “islas”, para evitar un gran impacto a la hora de que exista alguna posibilidad.
Firmas como Tecpetrol mantienen algunos atrasos menores, aunque siguen manteniendo una fluidéz razonable con sus proveedores.
En cambio, con YPF no se mantiene una buena relación con los gremios ni con los proveedores, cuando debería ser el ejemplo a seguir, donde se ve como el gobierno nacional mira para otro lado al respecto, como si fuera adrede este destrato persistente, que destruye a pymes, dejándolas al borde de la quiebra, generando una incertidumbre sin igual, sin tomar real responsabilidad de la situación.
En la cuenca neuquina no hay equipos de perforación ni de fractura trabajando con YPF, lo cual genera un párate brutal, ya que su actividad generaría un derrame en cientos de pymes que hoy no encuentran como dar continuidad a su trabajo o que al menos vean una esperanza de comenzar lentamente, o al menos ver un horizonte.
Lo cierto, que más allá de conocerse que YPF ha dado perdidas en los últimos meses, no ha habido una razón para tal nivel de detenimiento de la actividad, cuando otras operadoras están operando y reactivando el trabajo.
Por todo lo relatado es que podemos decir que la falta de compromiso con la pymes y las comunidades donde impacta terriblemente, posiciona a YPF como la peor de todas operadoras, siendo hoy una vergüenza nacional.
Fuente: vacamuertanews.com.ar
Por: Redacción