
Londres, Reino Unido. La compañía china Sea Legend Shipping lanzó en septiembre un servicio de contenedores entre Qingdao y puertos del norte europeo a través de la Ruta del Mar del Norte (NSR). El buque Istanbul Bridge, con capacidad para 4.890 TEU y apto para navegación en hielo, completará el trayecto en 18 días, menos de la mitad del tiempo requerido por la ruta tradicional vía Suez. El servicio apunta a carga premium y sensible al tiempo, como electrónica, moda y baterías industriales.
La iniciativa se enmarca en la estrategia china de consolidar corredores logísticos alternativos bajo la llamada “Polar Silk Road”, y posiciona a Sea Legend como operador de proyectos especiales, con foco en eficiencia y diferenciación más que en escala.
Un segmento en crecimiento, pero aún limitado
Aunque el lanzamiento marca una novedad operativa, el volumen total de carga por la NSR sigue siendo marginal: apenas 3 millones de toneladas en 2024, frente a los 1.570 millones que transitaron por el Canal de Suez. Las navieras chinas que operan este tipo de rutas —como COSCO en años anteriores y ahora Sea Legend— lo hacen bajo esquemas de subsidio estatal, respaldo diplomático y flota adaptada a condiciones extremas.
En contraste, las navieras no chinas que exploran este segmento —principalmente rusas, escandinavas y algunas europeas— enfrentan restricciones operativas, menor respaldo financiero y limitaciones geopolíticas. La competencia no es directa, sino condicionada por acceso a infraestructura, acuerdos bilaterales y capacidad técnica.
Capacidades técnicas y limitaciones operativas
El Istanbul Bridge está clasificado como buque ice-class, con refuerzos estructurales en casco y hélice, sistema de calefacción en tanques y radar polar de alta sensibilidad. Su autonomía permite operar sin asistencia de rompehielos en condiciones de hielo moderado, pero la ruta sigue siendo estacional y dependiente de ventanas climáticas. La carga se consolida en puertos con capacidad limitada de rescate y transbordo, lo que restringe la escalabilidad del servicio.
La apuesta por rutas árticas exprés revela una tendencia: operadores con flota especializada, respaldo estatal y foco en carga premium buscan diferenciarse en un mercado saturado por tiempos largos y congestión portuaria. El segmento aún es incipiente, pero podría crecer si se consolidan hubs logísticos polares y acuerdos multilaterales que garanticen trazabilidad operativa y seguridad jurídica.
Especialista en logística