
Londres, Reino Unido. Tras años de negociaciones y presiones cruzadas entre potencias, la Organización Marítima Internacional (OMI) alcanzó un acuerdo histórico para descarbonizar el transporte marítimo. El marco, conocido como Net-Zero Framework, establece metas vinculantes de reducción de emisiones y será adoptado formalmente en octubre, con entrada en vigor prevista para 2027.
Alcance técnico y regulatorio
El acuerdo modifica el Anexo VI del Convenio MARPOL, incorporando estándares obligatorios de eficiencia energética y un sistema de precios por emisiones. Abarca buques de más de 5.000 toneladas de arqueo bruto, responsables del 85 % de las emisiones del sector.
Mecanismo dual: estándares y mercado
La propuesta introduce una doble vía:
- Estándar global de combustible, que reducirá progresivamente la intensidad de carbono de los combustibles marítimos.
- Mecanismo de precios por emisiones, que penaliza a los buques más contaminantes y premia a los que operan con tecnologías limpias. Los fondos recaudados se canalizarán al IMO Net-Zero Fund, destinado a innovación y transición en países en desarrollo.
Tensiones geopolíticas y liderazgo inesperado
La negociación enfrentó a Estados Unidos, que se opuso al marco regulatorio, con Europa, Asia y América Latina, que respaldaron el acuerdo. Washington incluso amenazó con represalias comerciales contra países que lo apoyaran. En contraste, el liderazgo técnico fue asumido por países vulnerables como las Islas Marshall, que impulsaron el debate desde la COP de París en 2015.
Impacto sectorial y trazabilidad institucional
El acuerdo representa un giro estratégico para un sector que mueve el 90 % del comercio mundial y que, si fuera un país, sería el sexto mayor emisor global. La industria ya proyecta más de 1.000 buques con capacidad renovable para 2030, pero exige reglas claras para viabilizar combustibles limpios a escala. El debate sobre la viabilidad real del acuerdo continúa, y será abordado en próximas entregas.
Por: Redacción